Tony Leblanc, el hombre que marcó la vida de Nati Mistral
Nati Mistral ha fallecido en la noche de este 19 de agosto a los 88 años. La actriz ha tenido una vida marcada por el trabajo, pero también por un hombre que pasó por su vida dejando una impronta para siempre en su carácter. Ese hombre fue Tony Leblanc. Si bien la vida sentimental de la artista nunca fue muy boyante -ha estado muy volcada en su carrera profesional-Leblanc marcó su destino con un desengaño amoroso que la obligó a salir de España para tomar nuevos aires y renovarse. «Aquella época fue nefasta porque yo era una niña y aquel hombre, Tony, era tremendo, absorbente, vulgar… Yo le veía guapo e interesante, pero aunque éramos novios formales nunca tuve nada de cama con él porque entonces las mujeres éramos muy decentes», recordó Nati Mistral para ‘El Mundo’ en 2013.
¡Hasta se iban a casar y todo! «Teníamos piso y hasta una vajilla que nos había regalado Lola Flores. Mi madre cosiendo las sábanas…y un día cualquiera, me fui a una tienda de bellas artes, que se llamaba Macarrón, y me compré un lienzo para pintar un cuadro. Por la tarde vino Tony a mi casa, vio lo que estaba haciendo, y me dijo que se llevaba el lienzo porque quería hacer lo mismo en la suya. Le dije, que de eso nada, que el cuadro no se movía», continuó narrando. Desde ese día, no volvió a ver a Tony: «Yo supongo que se cansó de mí porque no se acostaba conmigo, y eso era un gran problema. Menos mal que tengo la suerte de tener paciencia y de poder dejar a un lado las cosas que me van ocurriendo en la vida».
Tony Leblanc junto a Santiago Segura /Gtres
¿Qué balance hace de aquella época? «Ahora estoy completamente segura que aquello fue una premonición. Tony era celoso a muerte y volvería a pensar lo que pasa por mi mente cuando alguien me decepciona de esa forma: ‘Este tío es tonto’», reflexionaba para el citado medio. Después de aquella época, Nati Mistral se casó en Montserrat ante La Moreneta con Joaquín Vila Puig, quien murió en 1995.
Llevaba varias décadas viuda, y reconoció a Carlos Pérez Gimeno que en su matrimonio fue muy feliz. «No me he vuelto a casar porque no he vuelto a encontrar a la persona adecuada. Joaquín Vila, mi marido, me sacaba 23 años, fue un gran hombre, murió en el año 1995, era un catalán maravilloso. La verdad es que no soy una mujer fácil, pero reconozco que he tenido unos cuantos amores, y todos muy guapos y de diferentes esferas sociales. Soy admiradora del hombre a muerte». Una vida discreta, pero intensa.